
En esta imagen podemos observar la cantidad de caprichos que puede tener cualquier adolescente hoy en día.
Nunca os habéis preguntado cuánto dinero gastáis en ropa, comida, hobbies? Es realmente necesario gastar tanto? Es preciso tener el coche, la camiseta o las zapatillas de determinada marca? Realemente compramos productos porque nos sirven más que otros? O porque así mostramos a la sociedad que tenemos cierto status?
A partir de estas y muchas más preguntas, queremos que opinéis sobre vuestras conductas, las de familiares, amigos, conocidos, etc.
21 comentarios:
En una societat de consum com en la que estem, pareix que si no vestixes o intentes tenir totes les últimes pijaetes, eres un poc "raro", per això crec jo que ens deixem arrastrar, no per tenir-ho tot, sinó pel que pensaran. Crec que és massa important, per a molta gent, quedar bé davant de la galeria.
Pienso que mucha gente tiene estas conductas consumistas para aparentar, aunque realmente sea un muerto de hambre como se suele decir y después no llegue a final de mes, o simplemente tenga que ajustarse el cinturón en otros aspectos más importantes como pueda ser la propia alimentación. Compramos una camiseta que cuestas 80Euros, cuando podemos comprarnos una exactamente igual, que hace la misma función, por 20Euros, el “problema” es que no se llama “…” lo mismo con los coches, e incluso empieza a llegar ya hasta la comida. He llegado a oír a unos niños discutiendo porque uno decía que su madre compraba coca cola “buena” de esta marca y la madre del otro, de la marca hacendado, y esto lo decían niños de no mas de 9 o 10 años, a donde llegaremos, que es lo que fomentamos…
Muchas veces y sin darnos cuenta caemos en estos errores, y hacemos alarde de conductas consumistas. Nadie dice que un caprichito de vez en cuando sea malo, pero una cosa es un caprichito de vez en cuando y otra bien diferente es hacer de este hábito una costumbre.
En mi caso si que es cierto que como he comentado anteriormente puedes “enamorarte” de alguna cosa y hacer un esfuerzo económico por adquirirla, pero no es la tónica general. Por otra parte si que puedo hablar de compañeros o amigos, que lo que padecen es una obsesión por consumir, por ropa de marca, coches de lujo, etc., es decir, por toda aquella conducta que es reprochable, y no aconsejable.
Realmente la gente gasta muchísimo más de lo que es necesario para vivir bien, no digo que no gasten, simplemente que gasten con cabeza y no gasten más de lo que realmente es necesario gastar. Por otra parte pienso que la gente gasta mucho más en moda (ropa, salones de belleza, productos estéticos, etc.) más que en hobbies, lo cual habla muy clarito lo que esta sucediendo en la sociedad.
La sociedad en la que vivimos, esta ocasionando esta fiebre por la posesión de cosas que están muy relacionadas con la tendencia latente, en lugar de la verdadera utilidad de las cosas. Pero esto no es únicamente un capricho de los niños, la educación empieza por los padres. Ellos en un primer momento hacen lo que ven, y este consumismo no es nuevo y todos en algún momento hemos sido consumistas. Es por ello que es difícil escapar de esto, ya que debería de existir un cambio en la sociedad, o que verdaderamente nos demos cuenta de lo importa, cuando atravesemos algún tipo de crisis económica.
Para evitarlo en la medida de lo posible deberíamos atender a la educación en las escuelas, formando personas autónomas y que creen su propia personalidad. Debemos evitar que se escondan en el consumismo de determinados artículos o prendas, para ser las personas que no son, sino las que les gustaría ser, pero únicamente porque todo el mundo es ese tipo de personas.
Para concluir mi aportación terminaré con un artículo del diario la Nación: “el consumo es la vida en su adecuada y saludable conexión con lo que somos o con lo que necesitamos ser en cada coyuntura o en cada momento. O, en todo caso, con lo que aspiramos a ser en un futuro razonablemente cercano. El consumismo, en cambio, es el hijo dilecto de una fantasía que altera o distorsiona nuestra propia realidad o nuestra propia imagen, convirtiéndonos en esclavos, en un remedo de lo que somos o en la imagen de lo que nunca seremos.”
Agustín Montero Silvestre
Sin centrarme en una respuesta excesivamente larga porque ya trate el tema del consumo en otro blog, me ceñiré a mi visión sobre las preguntas realizadas y diré mi opinión personal.
Pienso que la sociedad consumista nos ha llevado a una espiral de subjetivamente hacernos ver que necesitamos cosas que objetivamente serían prescindibles en nuestra vida, y que acabamos pensando que son necesarias.
Esto no crearía problemas si tuviéramos un estatus económico alto, pero en los casos en que no es así esto desencadena en trabajar más horas para tener más cosas que realmente son innecesarias para vivir, y esto si lo piensas detenidamente es algo sin sentido.
En cuanto a lo referente a comprar cosas de marca y no otras con la misma calidad y a menor precio, estoy de acuerdo en que esto es porque consideramos que es mejor tenerlas por una cuestión de estatus, y lo que hacemos es reflejarnos en los patrones de la sociedad y no basarnos en nuestra verdadera necesidad, y aquí es donde influye enormemente la publicidad.
Este tema es algo serio porque cada vez es menor nuestro poder adquisitivo, los precios suben pero no al mismo ritmo que nuestros sueldos, y cada vez es más difícil llegar a fin de mes, sino empezamos a prescindir de los bienes banales y tener en cuenta la calidad de los que adquirimos y no la marca, vamos a hipotecarnos excesivamente.
Frank García Pérez
Por mi experiencia, por lo que hago y por lo que veo en el instituto, club y sociedad en general, de nuestra generación aproximadamente en adelante (es decir, mayores que nosotros) no está tan desarrollado el gasto descontrolado de dinero en caprichos en comparación con las generaciones que vienen detrás. Está claro que de vez en cuando gastamos dinero que podríamos dedicar en otras cosas, o que en todo grupo de amigos hay alguien que es un “consumista”. Pero lo que creo es que de nuestra generación para abajo, es decir, los chicos y chicas que ahora están en la adolescencia sí que les preocupa más vestir de “marca” o llevar un “ipod” o demás “milongas”. Pienso que hay varios culpables, los cuáles voy a explicar a continuación. En primer lugar, la sociedad consumista en la que vivimos en la que el cuerpo es la imagen de la persona y en el cuál se fabrica un producto que se quiere mostrar. En segundo lugar, la permisividad de los padres a la hora de comprar o dejar comprar a sus hijos cosas que no son necesarias desde bien pequeños. Varios ejemplos: 1.si el papá o la mamá desde pequeño a su hijo lo viste (por deseo propio o mimando al niño) de marca, lógicamente, cuando el niño sea joven, querrá vestir de marca. 2.si el niño desde pequeño cuando llega su cumpleaños o navidad tiene todo lo que pide (incluso más de lo que pide) y se harta de juguetes, cuando sea mayor verá normal tener todo lo que quiere.
Damián Plata Martínez
Personalmente, considero que soy una persona que gasta bastante dinero en algunos caprichos que muchos podrían considerar innecesarios, aunque también son igual de respetables que los de los demás.
En cuanto a la ropa no suelo gastar mucho dinero, sin embargo, suelo ahorrar en este sentido para gastármelo en comidas y algún que otro capricho en forma de material tecnológico avanzado.
Evidentemente, considero que una sociedad excesivamente consumista puede llevar a que muchas familias tengan problemas económicos y esto, no es nada recomendable.
A pesar de esto, pienso que un consumismo controlado de vez en cuando, sin llegar a posiciones extremas, no creo que esté mal, es más, opino que en esta vida en la que los problemas nos persiguen, darse un pequeño homenaje de vez en cuando puede ser positivo.
Vicente Bertó Costa
La palabra consumismo es un término que se utiliza para describir los efectos de igualar la felicidad personal a la compra de bienes y servicios o al consumo en general. El caso es ejemplificado por la frase Cuanto más consumo, más feliz soy. También se refiere al consumo desmedido de bienes y servicios en la sociedad contemporánea que impacta seriamente en los recursos naturales y el equilibrio ecológico.
Prueba de esto es el hecho de que el consumo de recursos de la sociedad estadounidense, de aplicarse en todo el planeta, requeriría los recursos de dos planetas más iguales a la Tierra para sustentarlo.
Para mucha gente, el uso de esta palabra tiene necesariamente una carga política, ya que, casi siempre, el que utiliza las palabras consumismo y consumo excesivo lo hace para criticar lo que considera consumo innecesario en otras personas. Una manera distinta de interpretar la palabra "consumismo" es considerarla como una crítica a la organización de la economía de una sociedad que, aunque tal como está ahora funciona a satisfacción tanto de consumidores como de productores, se puede decir que en su conjunto "despilfarra" ciertos recursos. Un ejemplo trivial podría ser el uso de los envases y las bolsas de plástico. El método moderno es más cómodo e higiénico para los consumidores e incrementa los ingresos de los comerciantes, pero desde el punto de vista del funcionamiento de la economía en su conjunto desperdicia una serie de recursos que antes se aprovechaban mejor, como el petróleo necesario para fabricar el plástico y el acero del que están hechas las máquinas de empaquetar....
Un saludo,
Rebeca Bautista Sánchez.
Estamos en una sociedad del consumo, donde gastamos cantidades de dinero en cosas, que muchas veces son innecesarias y podríamos evitar. El motivo es que la gente no tiene suficiente personalidad y hace lo que sea por aparentar o ser más y mejor que el otro. Y esto genera un bucle que no tiene límite, donde se consume por encima de lo que uno puede permitirse.
Hace poco en las noticias, salió que somos el país cuyos jóvenes, con la paga semanal que reciben, pueden ser los más adinerados de toda Europa en un futuro próximo. Pero la realidad no será esa, ya que gastamos en exceso, arrastrados por las modas y el negocio del ocio, no siendo capaces de ahorrar apenas dinero para cualquier necesidad vital que pueda surgir. Seguro que habéis escuchado alguna vez esta frase popular: “Qui guarda quan te, menja quan vol”, creo que muchos deberíamos reflexionar y ser racionales, sacando cuentas y analizando que es lo mejor para nosotros.
Yo soy partidario de darse algún capricho de vez en cuando, que realmente valga la pena, pero que más dará tener una ropa más barata, peor coche, una casa más pequeña,… Lo que debemos es dar gracias de poder disfrutar de todas esas cosas porque no todos los niños y jóvenes pueden gozar de estos privilegios.
Rafa Pastor Ribera
Además de las opiniones de los compañeros sobre el elevado consumismo que se observa en la sociedad actual, con las cuales estoy totalmente de acuerdo, quiero añadir que las marcas y modas tienen el precio que nosotros mismos le ponemos. Sin darnos cuenta estamos revalorizando las marcas cada vez que compramos y compramos prendas que no son de mayor calidad pero valen el triple. Qué pasaria con Nike p.e si fueramos consecuentes y no compráramos sus cósmicas zapatillas de veinte mil pesetas, pues que no las haría porque no se venden. Así pues, no queremos darnos cuenta de que nosotros mandamos, nos dejamos llevar por las modas y el consumismo y nos gastamos lo que sea necesario con tal de mostrar esa fachada a la sociedad.
Es injusto que exploten al tercer mundo para hacernos nuestras zapatillas, pero a fin de cuentas, somos nosotros los que se lo permitimos...
Pablo Fernández Venegas
El consumismo es la introducción al consumo no necesario a través de una larga publicidad que lleva a la compra de productos no necesarios y rápidamente substituibles por otros, igualmente innecesarios y poco perdurables. También podemos definir el consumismo como una forma de estimulación no necesario, propia del capitalismo.
Queramos o no, vivimos en una sociedad consumista y todos somos conscientes que en alguna ocasión hemos comprado productos excesivamente caros, cuando hay otros más baratos y de similar calidad.
Muchas veces lo marca la moda y los medios de comunicación, especialmente las revistas y la televisión, que ejercen una gran influencia. Esto lleva a que, muchas veces, gastamos más de lo que podemos y queremos aparentar más de lo que somos.
Este consumismo puede traer consecuencias:
- Las personas atrapadas por el círculo consumista pierden su propia identidad, al confundir lo que son con lo que poseen.
- Las personas consumistas se sienten desgraciadas cuando no pueden comprar el objeto o la experiencia deseada.
En definitiva vivimos en una sociedad en la que cuanto mas tenemos, más queremos. Y deberíamos de tener claro que el consumo no es un modo adecuado ni inteligente de lograr la felicidad.
GUILLERMO RODRIGO ROCH
La veritat es que hem pareix molt adequada aquesta reflexió, encara que jo no soc un xic de massa "capritxos" i mai m´ha importat portar les sabates o la roba de determinada marca, encara que si que ne tinc i de fet me´n fique de sabates i de roba de marca, encara que sobretot esportives perquè és on se apreciar i diferenciar de fet la qualitat que en certa manera puga proporcionar una marca a l´acabat o presentació dels seus productes.
Dir no obstant que, no soc més "guapo" ni em considere més ben vist, portant roba o sabates de marca, jo soc el mateix i això és el que m´agrada mostrar la meua personalitat i que no em fa falta ser igual que el meu grup d´iguals per sentir-me bé amb ells.
Parle d´aquest fet desde la perspectiva d´una persona que ja compren totes aquestes coses, pero dec admetre que açò és dificil d´explicar als actuals joves d´entre 15 i 20 anys. Per tal de fer-los reflexionar els faria veure com exploten a xiquets i xiquetes desde ben menuts a païssos del 3º món i que están cobrant "una miseria", si es que cobren algo, per a que venguen aci unes determinades sabates de marca que ell porta i que están de moda perquè si les portes "ets guai". Es una mesura per tal de sensibilitzar un poc aquest tema de les marques i del consumisme. No es més feliç aquell que més té sinò probablement i en algunes ocasions, aquell que menys necessita.
Salutacions. Ernesto Torregrosa
Sempre hi ha una època quant eres més jove, que encara no tens massa cap i vols tot el que tenen els demés (ordinador portàtil, mp3 o mp4, play 3, roba, bici...). I més, si tens diners fresquets per gastar. Jo reconec que he gastat molt en coses que per a mi eren importants. Però arriba un moment que estes necessitats canvien, reflexiones i penses en tot el que has gastat.
La roba ha sigut una de les meues debilitats, i segueix éssent, però quant no tens tants diners omiteixes de seguida el que no és necessàri, i evidentment no és precís comprar-te roba tots els mesos.
Vaig a narrar un fet verídic d'una veïna que tinc. Són un matrimoni normal amb dos fills, l'home és funcionari i la dona cuida a un xiquet. Doncs bé, l'home es passa el día al bar, abans d'entrar a treballar, a l'hora d'esmorçar, quant ix de treballar, de vesprada que té lliure. Açò comporta una despesa en l'economia de casa. Els fills van sempre de "punto en blanco", vestits a l'última moda i amb marques. La dona pareix la més humil. Un dia ma mare va tirar un maceter que tenia a l'entrada de casa perquè estava trencat. La sorpresa va ser quant un dia ma mare va anar a sa casa, i la dona va obrir la porta, i va veure el maceter que havia tirat al contenidor ficat a l'entrada de sa casa.
Després d'aquest fet, ens adonarem que la dona, de tant en tant, va al contenidor a agafar coses que la gent ha tirat.
Amb açò, no vuic dir que siga res mal, perquè agafes algo que han tirat. Però en vuic referir a l'aparença que volen causar, sobretot els fills, que van miran-te per dalt del muscle.
Por suerte o por desgracia, vivimos es una sociedad totalmente consumista, en la que el dinero se ha convertido en la fuente de la mayoría de los problemas que nos encontramos hoy día. Evidentemente únicamente lo encontramos en sociedades desarrolladas como la nuestra, ya que en las sociedades menos evolucionadas, este problema no existe.
Uno de los ejemplos más claros donde podemos observar este consumismo desmedido es en “las rebajas”. Las rebajas son un periodo de tiempo donde el comercio “baja” (entre comillas porque no siempre es así), sus precios y la gente enloquece comprando de todo, lo que le hace falta y lo que no.
Es aquí donde nace el problema, en el momento en que compramos algo que no nos hace falta o compramos algo porque es de una determinada marca. Por una parte pienso que siempre y cuando te lo puedas permitir, no me parece mal que cada uno gaste el dinero en aquello que quiera, pero en el momento que se anteponen otras necesidades más importantes, veo innecesario el gasto, más aun cuando lo que prima es el gasto en marcas específicas, que sólo por el hecho de que contengan un dibujo o un símbolo hará que nos movamos en un círculo o en otro.
Por este motivo creo que debemos elegir bien a las personas que queremos tener cerca, porque en mi opinión tener cerca a alguien que valora tu forma y marca de vestir o los “complementos” que tengas por encima de otras cosas mucho más importantes, no es una buena elección.
Juan Cruz Pérez
Está claro que a día de hoy los la mayoría de adolescentes pueden permitirse gastar más que lo que en su día gastaban nuestros padres, puesto que el sistema de bienestar ha ido mejorando poco a poco dotando de un mejor nivel de vida a las familias y con ello pudiendo destinar más dinero a los hijos. Tanto es así que se ha llegado a un punto en que muchos jóvenes de hoy en día no serían capaces de pasar una semana o quizas un día sin su movil,su tele,su consola o teniendo que repetir dos días seguidos con la misma ropa.
Por fortuna, y supongo que gracias a mis padres, nunca he tenido espíritu consumista, es más,me cuesta mucho gastar dinero en cosas que no sean ocio(sobre todo fiestas populares de España) y comida rápida(como buen estudiante que vive fuera de casa). Nunca me ha gustado llevar ropa cara, ni comprar cosas de marca que puedes encontrar más baratas de una marca menos "chick" o que me regalen algo que se que vale mucho dinero cuando se que no lo necesito al 100%,y a día de hoy pocas cosas se necesitan al 100%.
Si que conozco muy de cerca a gente que,aunque nunca entenderé,no les gusta una camisa blanca lisa que valga 15 euros pero les encanta una camisa blanca lisa con un caballito diminuto bordado por 60 euros...por qué lo hacen??nunca lo entenderé,porque son capaces de comprárselo simplemente si la camisa blanca lleva el caballito sólo en la etiqueta y no se vea, con lo cual,lo de presumir de status tampoco cuadra...
En fin...que cada uno haga lo que quiera con lo suyo.
Miguel García Aceña
La respuesta para mi siempre será que: DEMASIADO. No es necesario casi nunca y casi siempre es excesivo. Para mi la pregunta clave es la última, ya que contesta a las demás; y el ejemplo mas claro es el del coche: el vehículo que compramos o el que conducimos es siempre una “Forma de mostrar a los demás el éxito que tenemos, los distintos estatus que vamos consiguiendo en la vida.
Me explicaré:
Recientemente se ha hablado en la prensa de la próxima salida al mercado dos utilitarios asiáticos muy baratos [comparados con los que hay ahora en el mercados] uno indio (de TATA) otro chino (de Cherry).
Estos coches ya ha sido probados en sus países. En Europa han tenido que pasar los controles rígidos de la UE en cuanto ha emisiones, seguridad, calidad de componentes etc….pues bien, aunque su coste será u 40% mas barato que los actuales, sus ventas, según todos los estudios previos no superarán, ni a medio ni a largo plazo el 5% del total de utilitarios.
¿Qué ocurre? .Muy sencillo estos coches no van a proyectar una imagen de éxito. Fracasará, ya que nuestro comportamiento es de nuevos ricos, nos compramos un BMW, Mercedes, Volvo, Audi; cuando el status real ( nuestro nuestra capacidad económica) es de Renault, CITROEN, Seat….y así sucesivamente.
Lo mismo ocurre respecto a otros productos: zapatillas, deportiva, camisetas. Somos conscientes de que, cada vez mas, las marcas utilizan proveedores y materias primas comunes; por lo que no están justificadas las grandes diferencias de precio entre la marcas digamos “BASICAS” y las marcas de prestigio…pero bueno, no importa al final siempre predomina el “Marquismo” aunque nos arruinemos.
Ruth Olmos Corral
La respuesta para mi siempre será que: DEMASIADO. No es necesario casi nunca y casi siempre es excesivo. Para mi la pregunta clave es la ultima, ya que contesta a las demás; y el ejemplo mas claro es el del coche: el vehiculo que compramos o el que conducimos es siempre una Forma de mostrar a los demás el éxito que tenemos, los distintos estatus que vamos consiguiendo en la vida.
Me explicaré
Recientemente se ha hablado en la prensa de la próxima salida al mercado dos utilitarios asi�ticos muy baratos [comparados con los que hay ahora en el mercados] uno indio (de TATA) otro chino (de Cherry).
Estos coches ya ha sido probados en sus países. En Europa han tenido que pasar los controles regidos de la UE en cuanto ha emisiones, seguridad, calidad de componentes etc.Pues bien, aunque su coste será un 40% mas barato que los actuales, sus ventas, según todos los estudios previos no superaron, ni a medio ni a largo plazo el 5% del total de utilitarios.
¿Qué ocurre? .Muy sencillo estos coches no van a proyectar una imagen de exito. Fracasará ya que nuestro comportamiento es de nuevos ricos, nos compramos un BMW, Mercedes, Volvo, Audi; cuando el status real ( nuestro nuestra capacidad económica) es de Renault, CITROEN, Seat.y así sucesivamente.
Lo mismo ocurre respecto a otros productos: zapatillas, deportiva, camisetas.Somos conscientes de que, cada vez mas, las marcas utilizan proveedores y materias primas comunes; por lo que no están justificadas las grandes diferencias de precio entre la marcas digamos (BASICAS) y las marcas de prestigio pero bueno, no importa al final siempre predomina el (Marquismo) aunque nos arruinemos.
Ruth Olmos Corral
La verdad que estamos en la era del consumismo, bueno realmente estamos en la era de muchas cosas, pero el tema que actualmente concierne a esta pregunta es el consumismo, es cierto ver a gente que ni si quiera trabaja con gafas de sol zapatillas y otro tipo de prendas de ropa o complementos valorados en mas de 200 euros que es aproximadamente el 40% del salario mínimo de un español. El problema creo que se viene arrastrado desde pequeños, cuando a los niños actualmente en muchos casos se les permite cualquier cosa que piden y se les da todo tipo de capricho. Cuantos niños de 12 años, tienen móvil, play 2. Psp. Nintendo D.S..
La verdad que yo no creo que este afectado por el consumismo, ya que rara vez compro cosas fuera de mis necesidades. Ropa me compran cuando es mi cumpleaños, reyes, santo y demás.
Por otro lado si que realizado algún gasto que podía evitar, ya bien sea en cenas, salir por ahí, pero como decía el técnico de deportes, donde realice las prácticas, ahí cosas que te dan calidad de vida, y que no hay que quitárselas. Pasamos los fines de semana arbitrando, y de vez en cuando hay que darse unos caprichos sin sobrepasar nuestras posibilidades
Nunca os habéis preguntado ¿cuánto dinero gastáis en ropa, comida, hobbies?¿ Es realmente necesario gastar tanto?, ¿Es preciso tener el coche, la camiseta o las zapatillas de determinada marca?, ¿ Realmente compramos productos porque nos sirven más que otros o porque así mostramos a la sociedad que tenemos cierto status?
Pues cuanta razón tenéis! En mi caso, soy consciente de que gasto demasiado dinero en ropa, comida y ocio, en consecuencia, es probable que se me pueda catalogar como una persona consumista y es probable que así sea.
No es preciso tener la ropa de una marca u otra, pero supongo que tendemos a identificarnos con estas de algún modo y esto crea una especie de falsa conciencia que te incita a comprar determinadas marcas. Es un comportamiento extraño pero que todos tenemos en algún tipo de producto. Por ejemplo, una misma marca para dos personas puede tener un efecto totalmente contrario, Lacoste puede suponer para algunos una marca representativa de pijos y en consecuencia al no querer asociarse con ese colectivo huyen completamente de esa marca. En cambio, otros verán en esa marca un signo de distinción o clase y sí querrán verse reflejados dentro de ese abanico de gente.
En consecuencia a esto la conclusión que saco es muy sencilla. No es necesario ser “preso” de las marcas comerciales, el marketing y la publicidad, pero a menudo, bien porque no se desea o bien porque no se sabe o no se es consciente no se puede escapar de ello y nos vemos abocados a comprar determinadas marcas.
Respecto a lo de demostrar a la sociedad que tenemos cierto status, es cierto que sí se tiene ese fin, pero es un fin que no es consciente, es un fin inducido por la imagen de la marca comercial. Existen tantas cosas privativas a día de hoy que por muy alto que llegue a ser nuestro status siempre habrá gente por encima de ti, en consecuencia, no debe ser algo que nos preocupe. Además, yo creo que uno debe ser reconocido por lo que valga, no por cómo vista y sí, puede ser que la imagen importe, demasiado quizás, y de eso se aprovechan las marcas utilizando esa necesidad de imagen y de distinción para hacernos más dependientes de sus productos y que poco a poco todos seamos víctimas de ese consumismo.
Carlos Gómez
En la sociedad actual, se ha pasado del consumo al consumismo. A pesar de la cercanía de ambos términos, entrañan significados muy divergentes. El primero, hace referencia a las necesidades básicas, mientras que cuando hablamos de consumismo, nos estamos refiriendo al consumo desmedido de bienes y servicios de la sociedad contemporánea, que impacta seriamente con los recursos naturales y el equilibrio ecológico.
Este nuevo fenómeno de los países desarrollados, tiene su origen en el capitalismo, y las consecuencias a las que nos arrastran pueden ser fatales:
Según un artículo publicado por la BBC, "el mundo consume productos y servicios a un ritmo insostenible, con resultados graves para elbienestar de los pueblos y el planeta", dicen los investigadores.
La worldwatch, un instituto con sede en Estados Unidos, advierte de que "los mayores índices de obesidad y deuda personal, la escaez crónica de tiempo y la degradación ambiental son síntomas de un consumo excesivo que reduce la calidad de vida de muchas personas". Además,
dice que "el creciente consumo en el mundo industrializado y en los países en vías de desarrollo ha ejercido presiones sin precedentes en los recursos del planeta. Los bosques, tierras agrícolas, selvas y territorios vírgenes disminuyen para dar espacio a la gente, casas, centros comerciales y fábricas".
Es cierto que el aumento del consumo ha ayudado a satisfacer necesidades básicas y a crear empleos pero, en este siglo, el apetito consumidor sin precedentes destruye los sistemas naturales de los que todos dependemos y hace aún más difícil que los pobres satisfagan sus necesidades básicas.
Los investigadores proponen reformas tributarias que permitan dedicar más fondos al cuidado del medio ambiente, la introducción de leyes que obliguen a la industria a reciclar sus productos y a producir bienes más duraderos, y nuevas vías para fomentar la responsabilidad personal.
Aunque a simple vista pudiera parecer lo contrario, los hábitos consumistas en nuestra sociedad es un fenómeno relativamente reciente. Los mas jóvenes hemos nacido en este ambiente y los adultos se han habituado a cambios significativos en sus pautas de consumo.
La Televisión, tan vinculada al fenómeno consumista, no inició su andadura hasta finales de los años 50 y tardó más de una década en extenderse. España, sumida en una autarquía, vivió prácticamente una situación de economía de subsistencia hasta la erupción del denominado «desarrollismo», durante los años sesenta. La incomunicación con los países europeos en la que nos sumió la dictadura fomentó el que lo americano adquiriera un fuerte prestigio y se convirtiera en un modelo a imitar, conocido como el «American way of life». El cine de Hollywood y la influencia norteamericana sobre la industria cultural, fundamentalmente audiovisual, marcaron nuevas pautas de comportamiento.
El desarrollismo abrió una etapa en la que, por primera vez, muchos españoles y españolas de diversos estratos y capas sociales, tuvieron acceso a bienes y servicios que hasta ese momento les habían estado vetados.
El fin de la dictadura, la consolidación de la democracia y el ingreso en la Comunidad Europea fueron hechos históricos que derribaron los muros que nos separaban de Europa y originaron que, en menos de veinte años, la sociedad española se aproximara al ritmo de vida y a las coordenadas de los países de nuestro entorno.
El efecto uniformador de la televisión, el control del mercado por parte de las multinacionales y el mayor contacto con los centros emisores y difusores de los hábitos del consumo y de la moda han propiciado que, en pocos años, la austera sociedad española se haya convertido en el ámbito consumista que padecemos.
«Usar y tirar» La adquisición de lo superfluo se ha convertido en norma aunque, a veces, sea perjudicial para la salud o para el medioambiente. La adquisición convulsiva de las últimas novedades del mercado (ordenadores, compacts discs, automóviles, etc.) está estrechamente vinculada a las aspiraciones de los jóvenes que, si bien prolongan sus estudios y ven limitadas sus posibilidades de acceder al mercado laboral, han adquirido tempranamente hábitos consumistas, en virtud de los cuales, no vinculan su incorporación a la vida productiva con su exigencia de disponer de bienes y servicios.
Toda persona consumista es, por definición, un inmaduro o inmadura, incapaz de elegir libremente y esclavo de unos hábitos que lo convierten en un juguete manipulado por intereses espurios.
Como ya hemos visto todos durante la asignatura de deporte y recreación y con la lectura de los textos recomendados por Pere, el consumo es necesario en las sociedades Post Industriales. No solo consumir bienes materiales y tangibles sino también servicios se ha fomentado y promocionado en estas sociedades Post Todo. Las jornadas laborales se redujeron precisamente, porque existía la necesidad de que un sector social más amplio consumiera los bienes y servicios que se producían. Por tanto no es de extrañar que exista un gran consumismo entre los niños y jóvenes de la sociedad actual.
Sin embargo, aunque creo que el consumo es necesario en este tipo de sociedad capitalista y post industrial, y que sin él, el mundo caería en una crisis económica (quizás más importante de la que vamos a vivir los próximos años), creo que es necesario orientar este consumo. Los ciudadanos deben adquirir un consumo libre y crítico, y no dejarse influir por el marketing y las campañas publicitarias de las diversas marcas comerciales.
Por tanto, desde mi punto de vista, el consumo es necesario, pero las personas debemos ser críticas a la hora de seleccionar aquello que consumimos y porqué lo hacemos.
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